domingo, 13 de septiembre de 2009

US OPEN. La Williams amenaza de muerte a una juez de línea.


Queda patente mi artículo sobre el "ocaso de la Williams" y con este gesto y con esta polémica queda patente como se puede degradar una deportista que llega al punto de amenazar de muerte a una juez de línea.
Según las palabras de la juez de línea implicada, cuando la belga ya disponía de 15-30 y vencía 6-5 y con servicio de la americana, cantó a la Williams una falta de pie en el momento del saque.
La Williams le espetó a la juez: "Te voy a matar" y ésta juez a su vez se lo hizo saber a la juez árbitro "Louise Engzell", que optó por descalificarla y ponerla de "patitas en la calle", con un justo criterio.
Esto vuelve a poner de manifiesto el caracter oculto de la Williams y su lado violento, ése que muestra en su juego y parece manifestarse igualmente en su personalidad.
Lo más triste de todo es que además de polemizar con esta situación, en su lamentable rueda de prensa donde normalmente suele ironizar, no reconoció su gesto lo cual muestra ortro lamentable espectáculo.
Insulta, amenaza y de postre no lo reconoce...
Esto es la crónica de lo que llevo escribiendo sobre su carrera deportiva durante mucho tiempo y me alegro que surjan este tipo de situaciones donde al menos se hace saber que lo que opinamos sobre determinadas deportistas, no está tan lejos de la realidad.
La Williams se despide de la forma más lamentable que podía hacerlo ante su público y ante su País.

1 comentario:

gorriz57 dijo...

Lo peor de todo es que Serena no solo no se disculpa sino que continua mintiendo. En las imágenes se puede ver claramente como la juez de línea ante las amenazas se limita a poner cara de palo e ignorarle y es la juez arbitro la que le llama para ratificar lo que ya ha oído . Es decir que no corre a chivarse como asegura Serena. Lo que pasa es que Serena sabía que tenía perdido el partido desde hacía rato porque basaba todo su juego en el saque y así no se puede ganar a una jugadora como Kim. Esto unido a una “falta de pie” excesivamente rigurosa le hizo perder (como tantas otras veces) los nervios y se pasó tres pueblos. Lo demás son cuentos chino de mala perdedora.